Por Juan Data (Originalmente publicado en La Cosa 2005)
En una industria con sobreoferta como el porno norteamericano es difícil mantenerse en pie y seguir figurando después de un par de años de carrera. Las reglas del juego han cambiado y ahora el mundo de las tres equis produce principalmente estrellitas efímeras, descartables, que abundan durante una temporada y luego desaparecen. Sólo unas pocas llegan a alcanzar el codiciado status de “pornstar” y firmar contrato con una productora para garantizarse así su lugarcito estable en la constelación pajeril. En otras palabras: si después de un par de años de andar revolcándose con extraños delante de las cámaras, todavía no pasan de un papel secundario, mejor ir buscándose otra profesión, porque miles de otras ambiciosas chicas están cumpliendo sus dieciocho cada día y están dispuestas a ocupar ese lugar.
A sus treinta y tres años, Tiffany Mynx, jóven para cualquier otra profesión “normal”, es una veterana para el porno. Después de haber anunciado su retirada en falso en un par de ocasiones y haber quedado virtualmente sepultada en el olvido, Tiffany se animó intentar un regreso a lo grande, para salir a defender su título de reina del porno anal que sostuvo durante buena parte de la década pasada.
Original del norte de California, Tiffany creció pobre en un pueblo chico y apenas pudo se mandó para Los Angeles, como tantas otras, en busca de fama y fortuna. El destino la encontró a sus veinte años siendo una madre soltera que servía mesas en restaurantes y apenas alcanzaba a pagar el alquiler. Así fue que entró al porno, casi sin quererlo (dice que no le habían aclarado bien que tipo de película estaban rodando hasta que se vio en el set de filmación preguntando por el inexistente guión) y en poco tiempo alcanzó bastante reconocimiento por ser una de las actrices más jóvenes que en esa época se animaban al sexo anal. Así, no mucho tiempo después se ganó el título de Buttwoman (¡la mujer culo!) y llegó a dirigir su propia serie de videos dedicados al sexo por la puerta de atrás.
Hoy es madre de dos hijos varones y vive aislada de la civilización, en las montañas californianas, baja a la ciudad cada vez que la convocan a filmar. Dejó atrás su tan trilllado look de rubia platinada de los 90’s y se nos muestra tan en forma como en sus mejores momentos, dispuesta a romperse el culo –literalmente- laburando para recuperar su reconocimiento entre tantas novatas a las que casi duplica en edad.
- ¿Cómo se siente volver a entrar en el porno a tu edad, cuando todas las chicas que dominan el negocio actualmente tienen menos de veinte años?
- Está bien, las chicas nuevas vienen, hacen lo que hacen... pero nadie puede ser Tiffany, nadie puede ser Jenna (Jameson), sólo cada uno puede ser uno mismo. Yo tengo mis fans y me encanta lo que hago así que no me molesta. No siento que yo me tenga que estar poniendo a la altura de las más jóvenes, al contrario, ellas tienen que ponerse a mi altura.
- Anunciaste más de una vez que querías retirarte joven pero seguís volviendo, ¿cuál es tu plan esta vez?
- No planeo retirarme pronto, pero sí planeo retirarme antes de estar vieja, quiero ser recordada en mi juventud.
- ¿Extrañás ser Buttwoman?
- Estuvo bueno, estuvo bueno tener así como un título y tener tanta atención dirigida hacia mi... culo. Me nombraron Buttwoman en 1997 y desde entonces ha habido otras, pero para los ojos de los fans sigo siendo Buttwoman.
- ¿Qué tanto te influenció el hecho de ser madre soltera al decidirte a hacer porno?
- Bastante, porque el dinero era bueno y quería hacer algo con lo que pudiese hacerme cargo de mi hijo, sin necesidad de matarme trabajando. Sucedió casi accidentalmente, no estaba en mis planes y me gustó, empecé y desde entonces siempre lo he disfrutado y el dinero sigue siendo bueno.
- ¿Cómo se hace para ser estrella porno y madre de dos hijos al mismo tiempo?
- Tiene sus cosas buenas y malas. Está bueno porque vivo dos vidas completamente diferentes y que me satisfacen mucho de maneras diferentes también.
- ¿Les hablás a tus hijos sobre tu profesión?
- Uno de ellos es muy chico para explicarle y el otro es un adolescente y lo sabe y medio como que ah... ¿sabés? No estoy segura de lo que pasa en la cabeza de un adolescente, así que realmente no tengo ni idea de cómo lo toma. Tendrá que aceptarme como soy.
- Pero tampoco te gustaría llegar a casa un día y encontrarlo mirando una película tuya.
- No, claro que no. Espero que sea lo suficientemente inteligente para mantenerse alejado de ellas.
- Desde tu regreso sólo estuviste filmando con directores como Jules Jordan y John Stagliano para Evil Empire, ¿se debe a una predilección tuya?
- Cuando volví a hacer porno este año pensé “a dónde quiero ir con mi carrera?” Después de haber trabajado para Elegant Angel y todas las otras compañías, Evil Empire como que era el lugar donde mi culo debía estar. Y sólo quería ir más arriba, hacia la cima. Así que fui muy selectiva y Jules se me acercó y a mí me gusta su estilo, tiene pinta, trabaja bien, dirige bien...
- ¡Y está obsecionado con los culos!
- ¡Tal cual! ¿Qué mejor lugar para mí entonces?
- ¿Cómo ha cambiado el porno a través de los años a partir de tu experiencia personal?
- Ahora como que todos están matándose compitiendo por ver quién hace las cosas más locas, más zarpadas, más al extremo. No es mi idea volver al porno ahora y tener que bancarme una doble penetración en el culo para estar a la altura del mercado. No creo que sea físicamente apta para hacer eso y ni lo intentaría. Pero todos, parece que quieren superar a los demás, triple penetración, quién va más lejos, quién traga más acabadas al mismo tiempo... es muy competitivo.
- Cuando empezaste, el sexo anal todavía era una rareza.
- Sí, en esa época, filmabas una película y tenías una escena de sexo anal aquí, una allá, un par por semana y después tenías otras escenas, con chicas, etc. Ahora me llaman y sólo me quieren para hacer sexo anal, no hay más escenas fáciles de filmar...
- Antes también se hacían más películas con argumento, con diálogos, mientras que ahora es casi todo gonzo.
- Me gusta el gonzo porque no tengo que sentarme a memorizar diálogos. Sólo tener sexo, divertirme y no tener que preocuparme por cagarla diciendo algo mal. Es más como seguir la corriente de lo que está pasando, improvisando y termina como termina.
- ¿Hay algún límite, algo que no te atrevas a hacer en cámara?
- Decidí que no voy a hacer un gang-bang masivo para nadie más hasta que tenga la infraestructura para hacer la película yo misma, ser la dueña y la que recauda todo el dinero.
- ¿Eso quiere decir que planeas volver a dirigir y producir?
- Sí, me encantaría volver a dirigir, pero mi propia linea de películas dentro de Evil Empire.
Saturday, April 02, 2005
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