Por Juan Data (Originalmente publicado en The Lab, USA, 2002)
Después de un período prolongado de silencio, la agrupación de metal argentino más exitosa de todos los tiempos volvió a sus raíces, a su formación clásica y al sonido que los hizo famosos en toda Latinoamérica a comienzos de los 90’s. Para sorpresa de muchos, que creían muerto al heavy metal tradicional, Rata Blanca volvió con más fuerza que nunca y sin inconvenientes se reinstaló tranquilamente a la cabeza del género.
Su nuevo disco, El camino del fuego, fue editado de manera independiente en Argentina, España y México y acaba de ser lanzado en los Estados Unidos por intermedio de Delanuca con una llamativa repercusión. Con Ozzy convertido en estrella de televisión y el sorpresivo regreso de los Gun’s N’ Roses, ¿podemos esperar un revival del hair metal?
¿Cómo surgió la intención de volver a reunirse con la formación clásica de la banda después de tanto tiempo?
Adrián Barilari: La iniciativa fue de Walter. Él estaba tocando con su proyecto solista, Temple y me llamó para participar de esa banda, como vocalista invitado. Nos reunimos escuché las canciones que tenían, ensayamos y para mí era como que no habían pasado esos siete años. Todo estaba como lo habíamos dejado. Pero bueno, no alcanzamos a hacer más de dos conciertos con Temple que la presión de la gente nos empujó a volver a formar Rata Blanca.
Walter Giardino: Yo, secretamente, sabía que iba a pasar eso. La gente fue a ver a Temple, pero en realidad querían ver a algo que era lo más cercano que podía haber a Rata Blanca.
¿Ustedes extrañaban a Rata Blanca? ¿Compartían esa nostalgia con su público?
WG: Yo extrañaba al Rata Blanca del comienzo de los ‘90. Al de mediado de los ‘90 no sólo no lo extrañaba, sino que no lo soportaba. No me sentí muy a gusto en esos años con el rumbo musical que habíamos tomado.
Rata Blanca tuvo que soportar, como muy pocos, esa envidia hacia el éxito que parece ser tan común en Argentina.
WG: En Argentina duele aceptar el éxito de otros. No sé por qué a cierto sector de la prensa les molesta éxito del rock. Nosotros somos pibes de barrio que cumplieron su sueño y lamentablemente eso no le cayó muy bien a un montón de gente. Hay dos cuestiones, por un lado está la necedad de quienes no quieren reconocer el éxito de Rata Blanca por una cuestión de snobismo y por otro lado está la ignorancia del grueso del público metalero que no pueden ver más allá. Nos han criticado desde esa pseudo-filosofía de lo que supuestamente es, o debe ser, el metal, que a nosotros no nos interesa, porque sólo nos interesa la música. A mí lo que me importa es que hoy estamos acá y podemos vivir de lo que más nos gusta, que es tocar, y salimos de Argentina y llenamos en lugares que ni conocemos en el mapa. Todo lo demás es palabrerío. No hay ningún manual del heavy metal ni del periodismo snob que pueda llegar a opacarnos.
Ahora parece que se a revertido esa situación y están volviendo a sonar en las radios de rock en Argentina.
WG: Lo loco no es que suene Rata Blanca en las radios. ¡Lo loco es que haya dejado de sonar! Una banda que vendió más de un millón de discos, ¿cómo va a dejar de sonar porque alguien dijo “no lo pasamos más”?
Mucho se habló del nü-metal y la muerte del metal clásico de pelo largo y ropa negra. ¿Crees que hay un regreso o revalorización de las raíces?
WG: Sí, creo que hay una movida de revalorización. Porque si la gente entiende de música se da cuenta que está consumiendo un productito, muy bien adornado y producido, pero productito al fin. Ya desde el nombre nü-metal, tiene que enfrentar el problema de que en un año va a dejar de ser new, va a ser old. Los chicos literalmente pasan a odiar a estas bandas de un día para el otro, cuando se dan cuenta de que les están tomando el pelo. A nosotros todo esto no nos afecta. Nosotros seguimos con el sonido de Rata Blanca que es único y muy particular. Yo creo que si hubiésemos salido a tocar nü-metal, eso hubiese sido terrible, eso hubiese sido venderse, no tocar en los programas de televisión como tanto se nos ha criticado.
¿Hubo un recambio generacional en su público o son mayoría los nostálgicos que quieren ir a escuchar “Mujer amante”?
WG: Hubo un recambio muy notorio. De hecho, nos van a ver muchos pibes que en esa época tendrían tres o cuatro años, así que no la vivieron. Muchos de los metaleros de aquel entonces han desaparecido, se casaron, tuvieron hijos, se cortaron el pelo y hoy trabajan en una oficina de saco y corbata. Y esos eran los mismos que nos criticaban y nos decían cómo se debía tocar el metal.
Saturday, April 02, 2005
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