Saturday, May 19, 2007

El despertar de las larvas

Por Juan Data (publicado originalmente en el fanzine punk Tiempo de Cambio, circa 2000, Buenos Aires)

Ocurrió así. El Hip Hop en Argentina no se desarrolló como debía. A eso se debe, tal vez, su falta de prestigio. Si bien hoy el rap, como expresión musical, está mucho más respetado y mejor considerado que en las épocas de Jazzy Mel y el Hip Hop se hizo su lugarcito en el under, todavía debe enfrentar prejuicios varios, no siempre injustificados. Y no voy a saltar a refutar esos prejuicios ni voy a intentar convencerlos de convertirse al Hip Hop. Para nada.
Al contrario, voy a criticar al Hip Hop y contarles un poco, el por qué de su fracaso como escena under. O sea: ¿por qué el Hard Core o el Punk existen como escenas consolidadas y el Hip Hop no? ¿Por qué el Hip Hop como movimiento no tiene la credibilidad que se merece?
Bueno, yo todo lo que les voy a contar lo experimenté en carne propia. Yo edité un fanzine de Hip Hop entre 1996 y 99 e hice varias otras obras más para apoyar a un movimiento que nacía y crecía con fuerza (hice un video documental, monté una distro, edité material indepdentiente...). Yo creía en ese movimiento, y yo, que había seguido de cerca el surgimiento, apogeo y caída de la Buenos Aires Hard Core estaba convencido de que el Hip Hop como escena naciente a mediado de los 90’s (siempre tarde... el Hip Hop ya existía desde hacía veinte años) debía aprender de la experiencia de nuestros primos hermanos jarcors (¿y por qué no también de sus errores?) para llegar a fundar un movimiento sustentado en la autenticidad, la unión, el compañerismo y el impulso de la autogestión.
Nada. El Hip Hop en Argentina, como escena, resultó ser una farsa. Al toque me di cuenta de que había más actuación que realismo y que muchos que en el escenario se hacían los guachos malos gángsters después no tenían ni los huevos para enfrentarse a un mánager chupasangre que les manejaba la carrera a gusto e piaccere. Todos agachaban la cabeza. ¿O alguien se cree que Nación Hip Hop surgió de la iniciativa de las bandas que se propusieron unirse para salir adelante? Ni a palos. Fue toda una ficción pergeñada por una mentalidad comerciante marketinera, de un tipo que no tenía absolutamente nada que ver con el Hip Hop y que a costa de talento ajeno lucraba para beneficio propio y tomaba por idiotas a los músicos vendiéndoles chamuyos imposibles.
El Hip Hop que en otros países se había desarrollado a fuerza de empuje colectivo y que se caracterizaba por el activismo y compromiso de sus seguidores, en Argentina resultó ser una puesta en escena de lo más fantasiosa.
Yo pensé en ese entonces que tarde o temprano iban a abrir los ojos y se iban a poner las pilas y salir del estado larval dominante. Creí que así como yo había salido a hacer el primer fanzine del género, pronto iban a aparecer otros y luego saldrían sellos independientes, distros, ferias, radios barriales, centros culturales... todo lo que es habitual en una escena Hip Hop ya sea de Brasil, España, Italia o Chile, por nombrar algunos ejemplos.
Mis ilusiones a la larga se desvanecieron, me di cuenta que en realidad no era “el malo de la película” aquel tipo que congregaba a los grupos para tocar, grabar y llenarse sus bolsillos. El en realidad era un avivado que la estaba haciendo bien a la argentina y no tenía la culpa de la enfermiza situación. La culpa era de los mismos rapperos, y grupos que durmieron en los laureles dejándose manejar de la manera más vil y maquiavélica y nunca quisieron romper el cascarón para armarse una carrera en la música por su cuenta.
Tan acostumbrados estaban a sentarse en un sillón y fumarse un caño esperando que los llamasen para tocar en tal o cual lugar o dar una nota a algún medio, que les daba miedo cortar ese cordón umbilical y salir a la realidad. No sabían manejarse solos. No sabían armar una fecha, hacer volantes para promocionarla, llamar a los diarios para que figure, grabar un demo y venderlo. No sabían ni querían aprender, así que se quedaron cómodos en su sillón esperando que el teléfono vuelva a sonar... y si el teléfono en un año no sonaba, bueno, estaban un año sin tocar.
Semejante desencanto me llevó a dejar de sacar el fanzine, porque consideré que era gastar pólvora en chimangos. Un par de números antes del cierre apareció en el mundo del Hip Hop toda una nueva escena paralela a la de Nación Hip Hop, encabezada por un grupo conocido como La Organización, y vi en ellos la esperanza de una revolución hacia la independencia. Expresé mi claro favoritismo hacia esta nueva escuela en las páginas de mi revista que arengaban a las bandas a revelarse y optar por la autogestión y lo único que eso me trajo fueron problemas personales, amenazas y odio por parte de ciertas personas que estaban cómodas con las cosas como estaban.
En definitiva, las cosas no cambiaron mucho desde entonces. Pero por lo menos apareció gente nueva con ganas de hacer cosas y de moverse. Con ganas de organizar sus propios eventos y manejar sus propias carreras. Ahora estamos presenciando el despertar de las larvas y mi pronóstico es favorable. El Hip Hop en Argentina llegará pronto a establecerse y consolidarse como una escena auténtica y respetable. Tal vez entonces yo me ponga las pilas de nuevo y vuelva a sacar un fanizne...

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