Thursday, September 21, 2006

KINKY- LOS REYES DE LA FIESTA

Por Juan Data (Originalmente publicado en LBEDigital.com, Estados Unidos, 2006)

Si el segundo disco después de un debut exitoso, es el disco más difícil en la evolución de una banda, el tercero ha de ser la reafirmación definitiva del estilo y la personalidad del grupo.
Kinky nació como una propuesta original y exitosa y se expandió a la velocidad de la luz, llegando a sitios donde ninguna otra agrupación de música con base en Latinoamérica había llegado anteriormente (bandas de sonido de películas de Hollywoods, programas de televisión, anuncios comerciales...). Su segundo trabajo de estudio, Atlas, pegó un giro quizás demasiado abrupto y por muchos incomprendido: los que esperaban más música electrónica bailable con arreglos norteños, se encontraron en cambio un disco de canciones con estructura más rockera. Ahora les llegó la hora del tercero y es su deber confirmarse como lo que en esencia son, una de lás mejores party-bands que jamás hayan salido de México y, obviamente, el mejor producto de exportación de la música latina para la audiencia anglosajona.
Reina, tal el nombre de este nuevo disco, logra sus dos cometidos y a nivel sonoro, se ubica sabiamente a mitad de camino entre Kinky y Atlas. “Nosotros teníamos como la intención de retomar un poco la raíz electrónica y dance sobre todo,” comenta Gil Cerezo, el vocalista del grupo, “y pues el amor también por hacer canciones en la estructura que hicimos en Atlas. Entonces creo que surgió una conjugación conveniente de lo que eran los dos discos y como que no pierde nunca la identidad de Kinky. Atlas, a algunos le pareció bueno, a otros malo. A lo mejor el cambio fue muy radical para un segundo disco. En este tercero como que ya se asentó todo lo que era Kinky”.
A diferencia de sus dos álbumes anteriores, registrados para el sello inglés Sonic 360 bajo la producción de Chris Allison, Reina fue grabado de manera independiente, con la producción a cargo del mismo grupo y en su estudio propio en Los Angeles, California. Esto les dio más tiempo y espacio para experimentar con nuevas técnicas e invitar a músicos amigos que pasaban de visita: Ely Guerra (a quién la prensa del corazón relacionó con el cantante de Kinky en su momento) hace coros en una canción y también se cuelan Colin Hay, líder de Men At Work y Rick Muñoz, acordeonista de los norteños Los Intocables (a quienes Kinky ya se habían dado el lujo de remixar).
El regreso a la predominancia del sonido del acoredeón fue una de las claves de Reina. Fue gracias a esa fusión de acordeón con beats de house, que Kinky sorprendió a miles cuando hace cinco años atrás debutó con “Cornman”. Atlas, sin embargo, no tenía ni un tema que ocupase el lugar de aquel primer hit y quizás por eso, en Reina se lo despacharon en la primera canción, “Sister Twisted”. “Ulises se compró uno de los rancheros,” comenta Gil en relación al Ulises Lozano, tecladista y acordeonista del grupo, “es diferente a los acordeones más tangueros, los de rancheros son de botones en vez de teclas de piano y tienen otro sonido. Como estuvimos ahí un año sin tourear, Ulises se dedicó a aprender a tocar el acoredeón norteño. Y por eso salió más ahí a relucir”.
También, en este nuevo disco, se luce más al bajo, con sus grooves de funk, como los que escuchamos en “Más” otro de sus primeros hits. “Siempre ha sido una parte importante dentro del sonido de Kinky,” explica Carlos Chairez. guitarrista. “La composición se basa mucho en grooves. En este disco se siente mucho. No sólo es el bajo en sí sino también muchos sintetizadores análogos”. La única ausencia notable, a comparación del primer trabajo, es la de las tornamesas, que, a cargo de Gilberto Cerezo, le habían aportado al Kinky primigenio un guiño de originalidad inesperado, “es algo que fue quedando en el pasado y ya no es parte fundamental en el sonido de Kinky”.
Reina, cuyo nombre hace referencia a las fiestas de quinceañeras (“en México las fiestas de quinceañera son una exageración total en todos los sentidos y nosotros queríamos mostrar un poco esa idea”), sale a la venta casi en simultáneo con un disco de “rarities” publicado en tirada limitada por Sonic 360, sello con el que rompieron relaciones después de su segundo trabajo. “Son temas que habían quedado descartados de los discos anteriores y remezclas que quedaron en el catálogo de Sonic 360”. Pero ellos parecen no tenerle miedo a tener que competir con sí mismos, con su nuevo disco oficial que lanzaron a través de su propio sello, Kin-Kon y distribuirán en los Estados Unidos a través de Netwerk.
Así y todo, la clave del éxito de Kinky, estará siempre en sus impecables presentaciones en vivo, donde derrochan energía y eso, según nos explica Gil, no ha cambiado ni va a cambiar, sino que por el contrario, con el tiempo “nos estamos volviendo cada vez mas punk, cuando destruímos las cosas (risas). Nos gusta mucho el descontrol, el ruido. En vivo es mucho más noisy que el disco.” Y se nota. Kinky es una banda que vale la pena experimentar en sus dos versiones.

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