Por Juan Data (Publicado originalmente en La Cosa, Buenos Aires, 2005)
“El tamaño importa no”, le dice Yoda a Luke en los pantanos de Dagobah. Ron Jeremy, en una galaxia más cercana, es la demostración encarnada de que el tamaño sí importa, de hecho, lleva más de tres décadas y mil setecientas películas acumulando fama y fortuna a costa de eso: su tamaño.
Medida por medida
No podés decir que no conocés a Ron Jeremy. Si sólo viste tres películas porno en tu vida, una con certeza lo incluía en su elenco y no se trata justamente de un tipo de rasgos fáciles de olvidar. Aún en el caso extremo en que no hayas visto ni una porno –ojo que mentir es tan pecado como pajearse- muy probablemente sepas de quién se trata este señor o al menos su cara te resulte familiar. Y es que Ron Jeremy, como ningún otro, trascendió del mundillo del porno para convertirse en todo un ícono de la cultura pop americana. Películas de Hollywood, videos de rock, entregas de premios, fiestas de la farándula, reality shows... Ron Jeremy, también conocido como “The Hedgehog”, se las ha ingeniado para infiltrarse en las altas esferas del show business y todo gracias a un único gran talento: cargar entre sus piernas con un miembro de veinticuatro centímetros y medio de largo en erección.
“John Holmes era el único que me ganaba,” cuenta Ron, recreando una imaginaria competencia de extensión fálica entre actores porno de la vieja guardia. Pero John Holmes se quemó solo, adicto a la cocaína, el poder y el dinero fácil, acabó metiéndose en problemas con la mafia que lo llevaron a prisión para, años más tarde morir de sida, sólo, pobre y olvidado. Ron es uno de los pocos, sino el único, de aquella generación que sobrevivió y sigue activo en el porno. Pasó del pretencioso cine para adultos en 16 milímietros de los 70’s, al video triple equis de los 80’s, sobrevivió en los 90’s la transición –internet mediante- del porno con guión al gonzo (subgénero dominante hoy en día) y en la primera década del dos mil, aunque se lo vea más vestido en las pantallas de MTV que en bolas en los DVD’s de la sección condicionada, sigue dirigiendo y “actuando” en varias producciones de la compañía Metro, con la que tiene contrato de semi-exclusividad (algo común en las actrices, no así en sus partenaires masculinos).
“¿Y Lexington Steele?” le preguntamos, haciendo referencia al famoso actor porno afroamericano de las once pulgadas. “Bueno,” se excusa, “de los de ahora él es el único que me gana... y con Rocco Siffredi estamos parejos, yo la tengo un poco más larga, él la tiene más gruesa”.
Hablar abiertamente del tamaño de su pene es un lugar común para este gordito judio original de New York. Basta con que uno toque el tema para que salga con sus respuestas preprogramadas que suenan más a rutinas de comediante que a contestaciones de entrevistado. Y es que últimamente, ante el declive en su nivel de empleo, ha recurrido también al curro de presentarse solo con un micrófono, frente a la clásica pared de ladrillos a la vista de los cafés norteamericanos, haciendo su mediocre show de “stand-up comedy”.
- En tus comienzos solías chupártela a vos mismo en varias películas, algunos envidiosos criticaron ese acto como de tendencia homosexual.
- Eddie Murphy hizo toda una rutina sobre eso. Decía que chupártela no es gay, a menos que acabes en tu cara, ahí sí que ya es gay. Igual que si te metés la pija en tu propio culo.
Sexópata profesional
A Ron le tocó encamarse a las más deseadas estrellas de la pornografía audiovisual. Desde su debut en 1978 con Vanessa del Río, hasta nuestros días, los lejendarios veinticuatro centímetros y medio de caño recortado han entrado y salido de las húmedas profundidades de más de “cuatro mil mujeres” (según sus cáculos más recientes). Enumera a Christy Canyon y Tabitha Stevens entre sus favoritas y a más de una le tocó hacerla debutar también.
- En una entrevista reciente, Ginger Lynn dice que tuvo su primera escena con vos y que entonces pensó “si puedo hacerlo con Ron Jeremy, puedo hacerlo con cualquiera”.
- No es justo que diga eso, si yo era flaco en esa época. Cuando trabajé con ella estaba en buena forma. Eso lo dijo después de que subí de peso.
- Fuiste uno de los que trabajó con Traci Lords, cuando todavía era menor de edad. ¿Qué recordás de aquella época?
- Era una chica hermosa. Ella ya estaba haciendo porno desde hacía un año y medio, más o menos, cuando me tocó trabajar con ella. No me tocó en sus comienzos. Otros tipos estuvieron con ella cuando era realmente muy chica. Cuando le tocó conmigo ya estaba por cumplir los 18.
- ¿Cuántos años tenías vos?
- Y... yo empecé a los 25, así que tendría unos 26 en ese entonces.
- Empezaste a los 25. ¿Con cuántas mujeres habías estado antes?
- Probablemente unas docientas, me iba bastante bien...
Eternamente soltero y sin apuros, pasados sus cincuenta años, Ron se asume adicto al sexo y no desperdicia oportunidad. Durante la entrevista se acercan chicas con edad suficiente para ser sus nietas y le piden autógrafos, él les firma las tetas y les anota la dirección del hotel donde está parando y el número de habitación: “¿Por qué no se dan una vuelta más tarde?”
- ¿Extrañás los comienzos de los 90’s cuando filmabas dos o tres películas por semana?
- No necesariamente, me gusta como ha evolucionado mi carrera hasta estos días. A medida que me fui poniendo más viejo y más gordo, me fui haciendo más y más famoso y me encanta estar frente a las cámaras.
- ¿Cómo alcanzaste ese estatus de ícono popular masivo?
- Videos de música, MTV, muchas bandas de rock me nombran en sus canciones, he hecho muchas cosas para los chicos, el público más joven, universitario... Esos son los que después crecen, pero a mí ya me conocen desde chicos, desde antes de empezar a ver porno.
- Hablando de público universitario, hiciste un video para la serie College Invasion de Shane’s World. ¿Cómo fue esa experiencia?
- Fue muy divertido. Los chicos son fabulosos. Tuve mucho sexo muy bueno fuera de cámaras con las estudiantes.
- ¿Se te acercaban las chicas a pedirte qeu les muestres tu herramienta de trabajo?
- Sí, así es como empieza la cosa usualmente. ¿Puedo verla? ¿Puedo tocarla? Y así es como sucede...
El legado del maestro
Por su apariencia física, uno diría que Ron Jeremy pertenece más a un oscuro y sucio bar de camioneros en la ruta, que al glamour de un set de filmación de Hollywood. Pero si algo ha demostrado este antihéroe del porno es que las apariencias engañan. Así como lo ven, antes de lanzarse en su carrera de sex-symbol (cuando su novia de aquel entonces mandó una foto suya en bolas a la revista Playgirl), Ron Jeremy, o quizás debamos decir David Elliot, era un maestro de escuela especial para chicos con problemas.
Pero su sueño fue siempre ser actor: “Me encanta actuar, siempre me gustó. Siempre disfruto estar frente a las cámaras”. Al poco tiempo de hacerse un nombre en el porno, Ron empezó a trabajar en papeles menores en películas aptas para todo público. Desde su debut en una cinta titulda C.O.D. en 1981, Ron no ha parado de colarse en varias producciones cinematográficas como Detroit Rock City, 54, The Wickeds y Spun. Además, su nombre aparece en los créditos de Nueve Semanas y Media y Juegos de Placer, no cómo actor sino como consultor. Y quizás una de sus intervenciones extra-porno más curiosas haya sido en Orgazmo, de Trey Parker pre-South Park, en 1997, donde también participan las actrices porno Juli Ashton y Chasey Lain.
Además de actuar, Ron Jeremy también incurrió con éxito en la dirección. En 1993, cuando todavía estaba fresco el escándalo de Lorena Bobbit, Ron contrató a su marido, John, para actuar en una porno y mostrarle al mundo que su miembro, amputado y vuelto a cocer, estaba en perfecto funcionamiento. John Bobbit Uncut fue el título de aquella producción que batió todos los records de ventas hasta entonces y abrió el camino para un nuevo subgénero: el “celebrity porn” que tanto rédito ha dado luego con Pamela Anderson y Paris Hilton.
- Muchos de los hombres del porno de tu generación se hicieron productores y abrieron sus propias compañías. ¿Por qué vos no seguiste ese camino?
- Muchos, la mayoría en realidad, no fueron a ninguna parte, desaparecieron. Sólo un puñado sobrevivieron así, John Stagliano, Max Hardcore, John Leslie, Ed Powers, pero un montón se esfumaron. A mí me gusta trabajar para otros, no me interesa mucho lo de la producción. Es mucho trabajo, muy agotador, después siempre acabás metiéndote en problemas legales, o yendo preso. Ser dueño de la compañía significa muchos dolores de cabeza.
- ¿Se te acercan los actores más jóvenes a pedirte consejos?
- ¡Todos! Muchos hoy en día toman Viagra, ya no necesitan de mis consejos. Yo les digo que no tomen, pero todos toman Viagra. El problema es que si empiezan tomando Viagra en el comienzo de sus carreras, después se acostumbran y tienen que seguir tomando para siempre o ya no se les para más.
- ¿Cuál era tu secreto en las épocas pre-viagra?
- Una buena mano suave y mucha imaginación.
Friday, October 21, 2005
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