Thursday, September 21, 2006

Rico Pabón: Rap Boricua, Del Bueno.

Por Juan Data (Originalmente publicado en LBEDigital.com, Estados Unidos, 2006)

Lo primero que se nos viene a la mente al pensar en raperos portorriqueños es el fenómeno global contemporáneo del reggaetón. Quizás los más aventurados en el hip hop piensen en Big Punisher, Fat Joe o algún otro MC de la gran manzana. A muy pocos, sin embargo, se les pasará por la cabeza considerar a la progresiva escena de hip hop underground de la Bahía de San Francisco como hogar de uno de los mejores nuevos talentos de la rima boricua.
A sus 32 años, Rico Pabón, está presentando su disco debut como rimador solista, Louder Than Fiction (Hard Knock Records, ’06), pero no es ningún novato en la matería. Asegura llevar más de 17 años en el hip hop y cuatro discos anteriores a este, que confirman su trayectoria en el under. Pero todos sus trabajos previos fueron con otras formaciones, ya sea con su grupo de rap Prophets of Rage o con la banda de jazz-funk-fusión-latina conocida actualmente como Agua Libre, pero antes llamada Omaya.
Rico nació en Queens, NY, hijo de una familia de salseros, pero se crió en Oakland California, ciudad cuya escena de hip hop ha parido a muchos de los mejores grupos de rap políticamente consciente de la actualidad (Blackalicious, Zion I, The Coup). Allí, junto a su hermano, manejan Sofrito, el único restaurante de comida tradicional portorriqueña en el este de la bahía. “cocinar y hacer música, eso es lo que hago”.

- ¿Cómo fue que te involucraste en el movimiento hip hop?
- La música es parte de mi vida desde siempre. Desde chico mis tíos me agarraban y me enseñaban a tocar en el clave ritmos tradicionales de conga, mambo, guaguancó... Así que la música estuvo siempre ahí. Pero por haber crecido en los Estados Unidos, siempre estuve en contacto con la música americana. Mi tía me introdujo desde chico a la música funk, Rick James, Prince... así fue como fui descubriendo esa música desde muy chico, creo que tenía cinco años cuando escuché hip hop por primera vez. A los nueve o diez ya me empecé a meter más, a través del break dance. Para mí, involucrarme en el hip hop fue algo muy natural porque el hip hop es el folklore de este país.

- ¿Dirías que tus influencias en cuanto a rap van más por el estilo de la costa este?
- Sí, por que a pesar de que me crié más en California que en New York, mis orígenes están en la costa este. Y en esa época, en los comienzos, era todo New York, no había mucho de west coast todavía. Entonces mis influencias primarias fueron definitivamente de artistas como Public Enemy, Big Daddy Kane, EPMD, aunque mi máxima inspiración fue KRS-One. Yo ya estaba familarizado con KRS One desde el ‘86, Criminal Minded, en esa época yo estaba en el Bronx, así que ese fue un clásico fundamental. Pero unos cuantos años más tarde, yo tendría quince o dieciseis años y escuché a KRS en la radio haciendo un freestyle y decía: “el hombre jamaiquino es africano, el hombre protorriqueños es también africano” y yo nunca había escuchado a nadie decir eso antes. Nunca había pensado en las raíces africanas de los portorriqueños. Así que agarré la enciclopedia y me puse a leer sobre la historia de mi gente y eso me abrió la cabeza y me obligó a ver todo desde otra perspectiva. Yo sabía tocar el clave, sabía de la salsa, el adobo y sasón, conocía la bandera de Puerto Rico, pero no sabía nada de quiénes éramos y por qué somos lo que somos. Eso me cambió en otra persona totalmente. Mi estilo, mi manera de vestir y de ver a la gente, todo cambió. Por eso soy muy consciente del poder que tiene el hip hop para cambiar la vida de la gente: ¡yo soy un ejemplo viviente de ese poder!

- ¿Reconoces como influencia a algún MC latino?
- Para mí fue siempre muy difícil encontrar un MC latino con el que me identificase. Había muy pocos y los que había... Me gusta Big Pun, por cómo usaba su voz a modo de instrumento de percusión. Pero yo lo que busco es MC’s que rimen con una visión más positiva de la vida, que tengan un mensaje que valga la pena escuchar. No me importa de qué nacionalidad son o el estilo que tienen. Si no tienen nada bueno para aportar no me llaman la atención.

- ¿Qué te parece el fenómeno actual del reggaetón?
- El reggaetón es enorme ahora. Pero en Puerto Rico el reggaetón ya está desde hace mucho más de diez años. Yo empecé a visitar Puerto Rico hace trece o catorce años, una vez al año, y desde entonces ya había reggaetón. No tengo mucha conexión con lo que pasa en en hip hop portorriqueño actualmente, pero lo que recuerdo de todas las veces que estuve allí, es que los raperos de hip hop estaban en una confrontación constante con la gente del reggaetón. Muchos artistas de hip hop defienden que lo que hacen es hip hop puro y rechazan el reggaetón, pero otros se debieron adaptar al reggaetón para poder hacer un poco de dinero y pagar sus cuentas, porque el hip hop no vende tanto como el reggaetón.

- ¿Cómo afecta el fenómeno del reggaetón a los raperos latinos en los Estados Unidos?
- Desde el crossover del reggaetón, mucha gente se está interesando en eso. Clubes, productores, me contactan y me piden hacer cosas de reggaetón. Me llama un productor y me dice, tengo un nuevo beat y tiene un poco de reggaetón, ¿quieres rimar sobre el? O me llama un organizador de eventos y me pide, canta esa canción que tienes que suena como reggaetón. Porque yo tengo canciones con mi prupo Agua Libre que tienen ritmo de dancehall y el reggaetón no es más que instrumentación de música house sobre un ritmo de dancehall. Entonces como suena parecido y como soy boricua y rapeo un poco en español dicen reggaetón.

- ¿Te parece que el éxito másivo del reggaetón puede ayudar de alguna manera al rap latino?
- Mi respuesta puede ser tanto afirmativa como negativa. Sí, creo que desde un punto de vista optimista puede ser que genere más interés en los artistas latinos. Si la gente está buscando reggaetón y llega hasta mi música, para mí es mejor porque puede que se interesen en mi hip hop. No voy a hacer un disco entero de reggaetón sólo porque eso es lo que vende ahora. Yo voy a seguir haciendo mi hip hop real de raíces old school. Pero el lado mío que te quiere contestar que no, es el lado que sabe que rítmicamente y líricamente el reggaetón es muy diferente del hip hop. Por lo que he visto hasta ahora de reggaetón, y no digo que sea un experto en este género, no hay mucha conciencia en las letras del reggaetón. Creo que si los artistas quiciesen, podrían hacer letras un poco más conscientes pero su única meta es hacer a la gente bailar y punto y cumplen con esa funsión. Pero el contenido es hueco. No te deja pensando en nada. En mucho del hip hop comercial de hoy en día pasa lo mismo. Es sólo para sacudir el culo y no pensar en lo que está sucediendo en el mundo. Así que no estoy diciendo que el hip hop sea totalmente puro y esté libre de culpas, porque también está lleno de vicios.

Sidestepper Anticipa Su Nuevo Disco

Por Juan Data (Originalmente publicado en LBEDigital.com, Estados Unidos, 2006)

La historia de Sidestepppers es la de un inglés y su descubrimiento y apasionamiento por la música latina. En 1992, Richard Blair se desempeñaba como ingeniero de grabación de Peter Gabriel en los estudios de Real World. Allí fue que conoció a la cantante de cumbia tradicional colombiana Totó La Momposina “y ella, bien hospitalaria como buena colombiana, me invitó a pasear por Colombia en 1993. Yo fui con planes de quedarme un mes o dos y acabé quedándome tres años y así fue como comenzó la historia...”
La historia continúa con un disco debut en 1997 del cual se imprimieron sólo mil copias. “Ni yo tengo una,” bromea Blair. More Grip, publicado en el año 2000 fue el álbum que impulsó a Sidestepper internacionalmente y tres años más tarde, su 3am (In Beats We Trust) los confirmó como líderes de la avanzada latintrónica.
El nuevo capítulo de su historia ya fue inaugurado en Colombia. Continental es el título de su más reciente trabajo, del cual aquí, por ahora, sólo se consiguen sus singles por internet. El disco no se publicará por estos lados sino hasta octubre próximo, “todavía estoy trabajando en él,” explica el londinense, “el disco será mezclado de manera diferente para el mercado americano”. Mientras tanto, Richard Blair y su banda de colombianos siguen arrasando con los escenarios californianos en sus recurrentes visitas y anticipándonos la irresistible fiesta que se viene.

- Por lo visto este nuevo disco viene con grandes cambios para Sidestepper.
- Sí. Esta banda con la que nos estamos presentando se formó en 2003. Llevamos tres años tocando juntos. Y por primera ves tenemos tocando en el escenario a la misma banda que grabó el disco en el estudio. Esa es una diferencia enorme con respecto a los trabajos anteriores. Todos los músicos con los que estamos tocando ahora aparecen en el disco nuevo y sus personalidades se dejan ver. Es un proceso diferente, lleva mucho más tiempo de compartir y conocer a las personas, ver qué estilo les va mejor para su voz...

- ¿De qué manera afectó esto a la composición?
- Bueno, esta vez hasta escribimos canciones para un vocalista en específico, lo cual nunca habíamos hecho antes. Yo me dedico básicamente a la música e Iván Benavides escribe las letras de las canciones. Este álbum está mucho más basado en las canciones, casi por accidente. Tuvimos problemas trayendo el Protools a Colombia y eso nos retrasó por cuatro meses, pero nos impulsó a componer de una manera mucho más analógica. Como resultado, el disco es mucho más orgánico. Yo también quería transportar parte de la experiencia de tocar con la banda en vivo al disco. Los discos anteriores fueron discos de estudio que luego se adaptaron para ser tocados en vivo.

- En sus comienzos Sidestepper iba más por el lado del drum & bass, luego pasó a ser más chill-out. ¿Hacia dónde va ahora el sonido de Sidestepper?
- Más hacia el afrobeat, afrocolombiano. Las armonías de las canciones estuvieron está vez a cargo del guitarrista que está muy metido en lo que es la música africana así que eso influenció mucho el sonido.

- ¿Cómo se formó esta nueva banda?
- El cantante, Janio, está desde 2000. Agregamos a dos chicas, Erika y Gloria. Erika salió salió de Popstars, la versión colombiana de American Idol, donde Iván era uno de los jueces. Ella quedó entre los diez finalistas. Gracias a dios no ganó porque las chicas que ganaron sacaron un disco que anduvo más o menos y después no pasó nada. Su premio no oficial fue formar parte de Sidestepper. Gloria es de la costa pacífica de Colombia y tiene su propia banda, ella rapea y esbribe sus propios raps. La encontraron a través de una audicion que hicieron para reemplazar al cantente anterior, que se había alejado para seguir con su carrera en solitario. Tiene mucho carisma y personalidad.

- ¿A qué crees que se debe la fascinación de tantos músicos británicos por la música latina?
- Alguien dijo una vez que cuando la gente se dedica a hacer música dance, se olvidan de ponerle la música. Es puro ritmo electrónico. Y lo que aprendí en Colombia, y que todavía estoy aprendiendo, es el fáctor diversión y la presencia humana en la fiesta. La forma en la que tocan en Colombia, deja entrever que los músicos se están divirtiendo al hacerlo y eso es algo que naturalmente te levanta el ánimo al escucharlo. Esa es la sensación que tratamos de reproducir con Sidestepper y a eso agregarle por debajo una base electrónica fuerte y sólida. Eso es lo que la música dance debería ser.

- ¿De dónde surgió la idea de repartir instrumentos musicales entre el público durante sus shows?
- Eso es algo que le vi hacer a Andrea Echeverri, una gran amiga. Yo mezclé su primer disco y fuimos amigos por muchos años. Yo era el sonidista de Aterciopelados en Bogotá antes de que se hiciesen famosos y vi lo que Andrea estaba haciendo, repartiendo instrumentos entre el público y eso se me hizo como la cosa más maravillosa, porque rompe con la barrera entre el público y la banda. Especialmente con los silbatos, hay algo como tribal en ese isntrumento, como de shamán. Además es como el mensaje de decirle a la gente que realmente estamos felices de estar ahí tocando para ellos, nos estamos divirtiendo realmente al tocar. La fiesta empieza en el escenario y desde ahí pal público. Es como una cosa de buenos modales casi, uno va a una casa ajena y trae algo, un postre, un alguito para regalar a la gente. Eso ayuda a romper el hielo y es un momento de verdad muy bonito.

SKA CUBANO: Dando clase de historia

Por Juan Data (Originalmente publicado en LBEDigital.com, Estados Unidos, 2006)

Los latinos estamos más que familiarizados con la música ska. Desde Los Fabulosos Cadillacs en adelante, pasando por Maldita Vecindad, Los De Abajo, Desorden Público, La Vela Puerca, hasta King Changó, la fusión de ska con ritmos tradicionales centro y sudamericanos ha sido prácticamente una constante por casi dos décadas. Por eso es que de entrada no nos sorprende un grupo que se propone mostrarnos una versión cubana del ska.
La sorpresa llega más tarde, cuando nos enteramos que dicho grupo es en realidad originario de Inglaterra y que, paradógicamente, nos invita a un paseo por la historia de esta música caribeña desde sus orígenes en Jamaica, buscando el eslabón perdido de la conexión Jamaica-Cuba. Su intención es escribir una versión alternativa de la historia, en una línea de tiempo improbablemente paralela, en la que Cuba no sufrió el aislamiento del resto de las islas del Caribe y aquel intercambio que existía entre músicos de una y otra isla hasta los años cincuenta se mantuvo intacto. En otras palabras: ¿Cómo sonaría la música ska si se hubiese desarrollado en Cuba?
Esa es la premisa inicial de Ska Cubano, un grupo que surgió como un proyecto experimental paralelo de Natty Bo, reconocido historiador de la música ska y cantante del grupo TopCats (uno de los nombres principales de la escena ska londinense contemporánea) quién invitado por el productor Peter A. Scott, se aventuró hasta Santiago De Cuba en una exploración musical-arqueológica.
A diferencia de la mayoría de la escena de ska británico, Natty Bo se interesó desde siempre más por las raíces originales del género que por la versión popularizada en los finales de los 70’s y comienzos de los 80’s por lo que se dio en llamar la segunda ola del ska, con grupos como Madness y The Specials (la tercera ola fue en los 90’s en Estados Unidos con Mighty Mighty Boostones, Rancid, No Doubt...).
Eso es justamente lo que distancia enormemente a Ska Cubano del sin fin de grupos de ska latinoamericano, ya que estos últimos en su mayoría se sumaron al ska a partir de la segunda ola, influenciados por los grupos londinenses que fusinaban el género con el punk de la época y luego le agregaron sobre eso el elemento latino a su música. Natty Bo recorrió el camino a la inversa y partiendo del ska original de los 60’s, invitó a músicos cubanos y al cantante sonero Beny Billy a tocar ska -un ritmo para ellos desconocido- como si el ska hubiese continuado su desarrollo natural en cuba, de la mano del son, la rumba, el mambo y el cha-cha-cha. “Yo me imaginé cómo sería el ska si se tocase en Cuba y a partir de ahí creamos el concepto de un grupo cubano de ska”.
“Desde que era muy chico, crecí escuchando mucho blues y jazz,” recuerda Natty Bo, un londinense de 40 años de edad y origen judío al que cuesta imaginarse interesado en la música latina, “luego reggae y de ahí al ska, el ska original jamaiquino, como The Skatalites. Cuando era adolescente escuché por un tiempo el ska inglés que estaba de moda en esa época, el two-tone influenciado por el punk, pero después volví a enfocarme en el ska original y a investigar su historia.”
El interés por el elemento latino en el ska, llegó más tarde, buscando las influencias originales de los primeros músicos de ska jamaiquinos. “Donde yo crecí no se escuchaba, ni se conocía prácticamente nada de música cubana, conocía quizás un poco de cha-cha-cha, Pérez Prado, el mambo... No era la música cubana lo que me interesaba particularmente, sino su historia, las conexiones con otros estilos musicales, en especial africanos, en sus orígenes. En algunas cosas de los Skatalites se podían advertir ciertas influencias cubanas, por ejemplo, tienen temas con ritmo de mambo. Yo siempre fui un coleccionista de discos viejos y así que empecé a buscar discos que se pareciesen a eso. Así llegué a Benny Moré, la cumbia colombiana...”
¡Ay Caramba! Es el título de su primer trabajo en publicarse en los Estados Unidos, a través del sello Cumbancha y fue grabado en su totalidad en un estudio análogo en Cuba, con músicos invitados locales, por lo que si bien la apuesta es innovadora, es sonido es clásico y hasta retro, combinando composiciones propias con covers de temas populares. “Ensayamos mucho allá cuando fuimos a grabar el disco y nos juntábamos a tocar en las calles con músicos locales y la gente se reunía a vernos improvisar,” comenta Natty quién asegura que su mayor deseo es ir de gira a Cuba a presentarse formalmente en un escenario con Ska Cubano.
- ¿Eres conciente de que el ska es uno de los ritmos más populares en Latinoamérica y que hay cientos de bandas que vienen desde hace años fusionando el género con ritmos latinos?
- Sí, sí, hay muchísimas bandas de ska latino, lo sé. Me viene a la mente ahora Desorden Público, de hace un tiempo. No he visto mucho, pero sí sé de su existencia. En su mayoría combinan el ska con ritmos latinos pero desde otra perspectiva, porque sus influencias primarias de ska son del ska-punk inglés que es mucho más rápido que el ska
original. Entonces suenan totalmente distintas a lo que intentamos hacer nosotros.

MANU CHAO: Vocero de los inmigrantes ilegales.

Por Juan Data (Originalmente publicado en El Mensajero, San Francisco, 2006)

Allí por el año 1992, conmemorando el quinto centenario del descubrimiento Europeo de América, un barco repleto de artistas franceses se lanzó a las aguas del Atlántico con una misión, que los latinoamericanos descubriesen la música y las artes de Francia. El proyecto se llamó Cargo 92 y dentro de los músicos que allí se embarcaron estaba la banda Mano Negra.
El impacto que Mano Negra tuvo en la música latinoamericana fue brutal y sus consecuencias siguen siendo evidentes hasta nuestros días. La agrupación, liderada por este simpático francés de padres españoles llamado Manu Chao, fue esencial en el proceso de emancipación del rock latino, que hasta entonces no era más que una copia traducida del rock angloparlante. Manu Chao y los suyos cambiaron de una vez y para siempre la manera de hacer y entender el rock latino al enseñarle a las nuevas generaciones de músicos a no avergonzarse de sus raíces y explorar su folklore en busca de influencias auténticas y originales.
Actualmente Manu Chao, convertido en solista, es uno de los músicos más reconocidos del planeta. Con su banda, Radio Bemba, ha recorrido los confines de este mundo y recolectado infintas sonoridades, melodías y experiencias que hacen a su identidad musical tan única, revolucionaria y global. Desde el año 2001 que Manu Chao no visitaba los Estados Unidos y hacían por lo menos quince años que no se presentaba en la Bahía de San Francisco, por eso, su show del pasado 28 de Julio en Berkeley fue uno de los más esperados de los últimos tiempos.
“A donde sea que voy siempre me preguntan lo mismo: ¿por qué me tarde tanto tiempo en regresar?” comentó Manu en la conferencia de prensa previa a su show, “y es que lamentablemente no puedo estar en todos los lugares que quiciera al mismo tiempo. Tampoco nos gusta hacer giras interminables de un año o dos, como hacen otros artistas. Nosotros giramos por un mes, un mes y medio y luego descansamos. El peor enemigo del rock es la rutina” .
Conocido como el vocero mundial de los nómadas e inmigrantes clandestinos, la opinión de este incansable trotamundos con respecto a tema de la imigración es más que oportuna en un momento como el actual: “No es un fenómeno de aquí únicamente. En Europa está sucediendo exactamente lo mismo con los africanos. Es algo que se está dando simultáneamente en todo el mundo. Todos los días mueren personas ahogadas cruzando el Mediterráneo. Los políticos se llenan la boca diciendo que se debe acabar con la inmigración clandestina, pero no hacen nada, porque los que mandan no son los políticos sino la economía y la economía del primer mundo se nutre de la mano de obra barata de los clandestinos. A la economía le conviene que sigan siendo clandestinos para poder seguir explotándolos”.
Manu Chao es también famoso por su dedicación a las causas sociales y su abierto apoyo a grupos revolucionarios como el EZLN de México, de quienes flameó una bandera durante la mitad de su show. Preguntado sobre su visión de la situación política que se vive actualmente en Sudamérica, donde gobiernos de varios países se inclinan cada vez más hacia la izquierda, comentó: “Es una luz. Lo que se está viendo ahora en Latinoamérica es una señal positiva sin duda, pero los cambios son lentos, no se van a ver en un año o dos, hay que esperar al menos diez años. Además el poder que tienen los políticos para hacer cambios reales es cada vez más limitado. Los que marcan las reglas del juego son las grandes coporaciones económicas multinacionales. Los políticos sólo pueden hacer pequeños cambios aquí y allá mientras no afecten a la economía global que viene impuesta desde arriba”.
Por último se refirió al mundial de fútbol pasado: “A mí me gusta el buen fútbol. El juego bonito. Más allá de las banderas y las nacionalidades. El mundial me da un poco de miedo por esa cosa de enfrentamiento fanático entre naciones. Tengo pasaporte Francés y pasaporte Español, pero no le voy a ningún país,” dijo el músico que siempre se presenta en vivo con camisetas de equipos de fútbol del tecer mundo y hasta le ha dedicado una canción a Diego Maradona, “tuve la oportunidad de conocerlo el año pasado. El director de cine Emir Kusturica está trabajando en un proyecto de una película sobre él y me invitó a colaborar con una canción y ya la hice, veremos si queda. Yo soy un gran admirador de los dos, Maradona y Kusturica”.

KINKY- LOS REYES DE LA FIESTA

Por Juan Data (Originalmente publicado en LBEDigital.com, Estados Unidos, 2006)

Si el segundo disco después de un debut exitoso, es el disco más difícil en la evolución de una banda, el tercero ha de ser la reafirmación definitiva del estilo y la personalidad del grupo.
Kinky nació como una propuesta original y exitosa y se expandió a la velocidad de la luz, llegando a sitios donde ninguna otra agrupación de música con base en Latinoamérica había llegado anteriormente (bandas de sonido de películas de Hollywoods, programas de televisión, anuncios comerciales...). Su segundo trabajo de estudio, Atlas, pegó un giro quizás demasiado abrupto y por muchos incomprendido: los que esperaban más música electrónica bailable con arreglos norteños, se encontraron en cambio un disco de canciones con estructura más rockera. Ahora les llegó la hora del tercero y es su deber confirmarse como lo que en esencia son, una de lás mejores party-bands que jamás hayan salido de México y, obviamente, el mejor producto de exportación de la música latina para la audiencia anglosajona.
Reina, tal el nombre de este nuevo disco, logra sus dos cometidos y a nivel sonoro, se ubica sabiamente a mitad de camino entre Kinky y Atlas. “Nosotros teníamos como la intención de retomar un poco la raíz electrónica y dance sobre todo,” comenta Gil Cerezo, el vocalista del grupo, “y pues el amor también por hacer canciones en la estructura que hicimos en Atlas. Entonces creo que surgió una conjugación conveniente de lo que eran los dos discos y como que no pierde nunca la identidad de Kinky. Atlas, a algunos le pareció bueno, a otros malo. A lo mejor el cambio fue muy radical para un segundo disco. En este tercero como que ya se asentó todo lo que era Kinky”.
A diferencia de sus dos álbumes anteriores, registrados para el sello inglés Sonic 360 bajo la producción de Chris Allison, Reina fue grabado de manera independiente, con la producción a cargo del mismo grupo y en su estudio propio en Los Angeles, California. Esto les dio más tiempo y espacio para experimentar con nuevas técnicas e invitar a músicos amigos que pasaban de visita: Ely Guerra (a quién la prensa del corazón relacionó con el cantante de Kinky en su momento) hace coros en una canción y también se cuelan Colin Hay, líder de Men At Work y Rick Muñoz, acordeonista de los norteños Los Intocables (a quienes Kinky ya se habían dado el lujo de remixar).
El regreso a la predominancia del sonido del acoredeón fue una de las claves de Reina. Fue gracias a esa fusión de acordeón con beats de house, que Kinky sorprendió a miles cuando hace cinco años atrás debutó con “Cornman”. Atlas, sin embargo, no tenía ni un tema que ocupase el lugar de aquel primer hit y quizás por eso, en Reina se lo despacharon en la primera canción, “Sister Twisted”. “Ulises se compró uno de los rancheros,” comenta Gil en relación al Ulises Lozano, tecladista y acordeonista del grupo, “es diferente a los acordeones más tangueros, los de rancheros son de botones en vez de teclas de piano y tienen otro sonido. Como estuvimos ahí un año sin tourear, Ulises se dedicó a aprender a tocar el acoredeón norteño. Y por eso salió más ahí a relucir”.
También, en este nuevo disco, se luce más al bajo, con sus grooves de funk, como los que escuchamos en “Más” otro de sus primeros hits. “Siempre ha sido una parte importante dentro del sonido de Kinky,” explica Carlos Chairez. guitarrista. “La composición se basa mucho en grooves. En este disco se siente mucho. No sólo es el bajo en sí sino también muchos sintetizadores análogos”. La única ausencia notable, a comparación del primer trabajo, es la de las tornamesas, que, a cargo de Gilberto Cerezo, le habían aportado al Kinky primigenio un guiño de originalidad inesperado, “es algo que fue quedando en el pasado y ya no es parte fundamental en el sonido de Kinky”.
Reina, cuyo nombre hace referencia a las fiestas de quinceañeras (“en México las fiestas de quinceañera son una exageración total en todos los sentidos y nosotros queríamos mostrar un poco esa idea”), sale a la venta casi en simultáneo con un disco de “rarities” publicado en tirada limitada por Sonic 360, sello con el que rompieron relaciones después de su segundo trabajo. “Son temas que habían quedado descartados de los discos anteriores y remezclas que quedaron en el catálogo de Sonic 360”. Pero ellos parecen no tenerle miedo a tener que competir con sí mismos, con su nuevo disco oficial que lanzaron a través de su propio sello, Kin-Kon y distribuirán en los Estados Unidos a través de Netwerk.
Así y todo, la clave del éxito de Kinky, estará siempre en sus impecables presentaciones en vivo, donde derrochan energía y eso, según nos explica Gil, no ha cambiado ni va a cambiar, sino que por el contrario, con el tiempo “nos estamos volviendo cada vez mas punk, cuando destruímos las cosas (risas). Nos gusta mucho el descontrol, el ruido. En vivo es mucho más noisy que el disco.” Y se nota. Kinky es una banda que vale la pena experimentar en sus dos versiones.

GUSTAVO CERATI DE GIRA POR LOS ESTADOS UNIDOS

Por Juan Data (originalmente publicado en El Mensajero, San Francisco, 2006)

Hablar de Gustavo Cerati es hablar de uno de los pilares fundamentales sobre los que se ha construido el rock de toda Latinoamérica durante las últimas dos décadas. Estando al frente de Soda Stereo, fue el responsable principal de la expansión del género por países donde o era un fenómeno subterráneo o directamente no existía.
A partir de la ruptura del trío original de Buenos Aires en 1997, Gustavo se embarcó en una carrera solista que tuvo su apogeo dos años más tarde con la edición del insuperable Bocanada. Luego vino Siempre Es Hoy (recibido con críticas dispares por la prensa y los fans) y ahora es el turno de Ahí Vamos. Entre medio, y también en paralelo con esos tres álbumes, Cerati se mantuvo ocupado produciendo a otros artistas (Shakira fue la más reciente), elaborando oscuros proyectos de música electrónica (Ocio y Plan V), diseñando la banda de sonido de una película (+ Bien) y hasta se dio el gusto de grabar versiones de sus mejores composiciones con una orquesta sinfónica.
Actualmente se encuentra de gira por los Estados Unidos, presentando su último trabajo oficial de estudio. La semana pasada se presentó en el Central Park de New York frente a una colorida multitud de latinos de todas partes que le corearon al unísono su ya clásico estribillo “gracias por venir” de la canción “Puente”. Pero antes de eso se sentó unos miuntos a charlar en exclusiva con El Mensajero y esto es lo que nos contó.

EM- En tu nuevo disco, Ahí Vamos, hay como un regreso al sonido tradicional de Soda Stereo. ¿A qué se debe este mirar hacia atrás, después de haber estado en la vanguardia con Bocanada?
GC- Yo siempre dije que no era vanguardia, yo creo que se creyeron un cuento que nunca fue. Lo que pasa es que en relación a otras músicas que suenan por ahí, parece que lo mío fuera vanguardia. Pero a mí me parece que es como faltarle el respeto a los que realmente hacen vanguardia, gente que expande los límites de la música con cosas insospechadas. Gente que ni siquiera está dentro de la esfera del pop como estoy yo. Pero me gusta incorporar un poco de esos elementos en mi música. Lo que pasa que en este disco lo que quice, más que un regreso, que no lo siento tan así aunque hay algo de eso también, lo que quice fue tratar de simplificar todo. De alguna manera lograr un disco clásico de rock. Eso es lo que buscaba. Eso me parece conciliatorio con muchas épocas mías anteriores, pero también tiene que ver con una evolución. Cuando grabé Bocanada, yo me estaba tratando de alejar del sonido de Soda Stereo después de la separación. Es como cuando rompiste con una novia que era rubia y estás buscando una morocha. Y era la posibilidad para mí de bucear en otros océanos. En este disco me liberé un poco de todos esos prejuicios, dije ¿por qué no?

EM- ¿Quedó atrás tu fascinación con la música electrónica?
GC- No, no hay nada que yo sienta que haya dejado atrás definitivamente. Es como cuando la gente me pregunta por Soda Stereo, es muy difícil ponerse en esa actitud de decir “ya fue, no hay más nada”, no sabés a dónde te va a llevar la vida. Todo eso convive en mí. No es que ahora reniegue de la electrónica porque hice un disco de rock. También hay una parte mía que explora por esos lugares y que va a seguir haciéndolo seguro.

EM- ¿Cómo fue tu experiencia como productor de artistas como Leo García, Nicole y Shakira?
GC- Es como un aprendizaje, ¿no? Especialmente lo que hice con Leo García, que es un artista al que admiro muchísimo. Lo de Nicole fue en una época en la que yo intentaba escaparme de Soda Stereo. En ese momento estaba viviendo en Chile y... ¡la culpa de todo la tienen mis hijos, la verdad es esa! Tanto Nicole como Shakira, a mis hijos les gustaban mucho, entonces es un mandato muy ferte que tus hijos te digan eso. Te llama Shakira y te dice ¿querés producir un disco? Y tus hijos están “dale, dale”. Si bien son músicas muy diferentes y a lo mejor parecen mundos no muy conciliables, yo aprendo mucho de eso. Shakira me resultó, además, una persona muy dulce, muy agradable y me dio toda la libertad.

EM- Es innegable la influencia que ha tenido Soda Stereo sobre casi todo el rock latino. ¿Crees que esa influencia sigue expandiéndose con tu carrera solista?
GC- No sé si se da de la misma manera, porque Soda Stereo desencadenó un impacto masivo muy poderoso y despertó mucho los deseos de adolescentes de Latinoamérica de hacer música. En ese sentido, Soda Stereo funcionó realmente como un disparador. Yo me acuerdo de llegar a Colombia, a Venezuela o a México, donde si bien ya había música de rock, no tenía la preponderancia que tenía en Argentina. Había rock, pero como escondido detrás de un velo de lo poco popular. Soda Stereo movió toda esa cosa. Es mucha la gente que todavía hoy me dice, yo gracias a Soda Stereo me dediqué a la música. Supongo que también pasará conmigo en algún aspecto pero no lo sé muy bien. Me gusta que lo que yo haga inspire. Hay artistas realmente importantes que me dicen lo importante que fue para ellos la influencia de Soda y eso para mí está buenísimo.

EM- Nuevamente estás de gira por los Estados Unidos y otra vez San Francisco quedó fuera del mapa del tour.
GC- No tengo idea por qué. Yo también me pregunto eso y no entiendo muy bien por qué. San Francisco es una ciudad que me encanta y donde hay muchos latinos también. Pero obviamente no depende de que yo diga vamos a tocar en San Francisco, tiene que haber un productor interesado, así que si conocen a uno díganle...